martes, 29 de octubre de 2019

Tal vez

TAL VEZ

Villa Diodati, a pocos kilómetros de Ginebra. Finales de Agosto de 2019. En el exterior nieva copiosamente y el termómetro marca siete grados bajo cero. 
En otro año de “no verano”, la mansión diseñada, sin saberlo, para engendrar en 1816 éxitos literarios de terror, acoge a Ángela, que espera impaciente la llegada de su corta familia. Está inquieta.La posibilidad de que sufran algún accidente la perturba.
La idea empezó a gestarla con el anuncio de una octava “dana”, con la asfixia del Mar Menor sin que nadie fuese capaz de hacerle el boca a boca, con la cara contraída y malhumorada de una adolescente sueca promoviendo escolares huelgas climáticas, con la selva amazónica en llamas, con ese tropel de siniestras noticias que martilleaban su cabeza. 
¿Tendrían  que aprovisionarse de alimentos y vegetar en un búnker durante años, o sería mejor disfrutar del sexo, del alcohol y de todo aquello que sonara a prohibido ? Se preguntaba a sí misma. 
Racional, como casi siempre, pasó del humor al temor al aceptar que el invierno no les abandonaría este año. Su Valencia mediterránea temblaba en un junio con dos grados de temperatura.
Le pareció original pasar unas vacaciones emulando a Lord Byron y a sus amigos y, sorprendentemente, los suyos aceptaron, sin reparos, la invitación.
Excitada, alterna  lágrimas y sonrisas. Llora por si a sus hijos no les queda la posibilidad de atesorar tantas vivencias como las que ella ha conseguido; por si sus nietos nunca llegarán a ser adolescentes; por si no puede desplegar más su amor sobre cada uno de ellos. Pero también sonríe porque recuerda lo mejor de cada uno, con una selección certera y acomodaticia de su cerebro, que sólo se centra en lo bueno.
Llegan los suyos, al fin, con el avituallamiento necesario para pasar los siete días en esa mansión que exhala romanticismo, que está  impregnada de poesía fantástica.
Empieza el juego. Se esconden los móviles y artefactos que puedan distraer la atención. Se apagan televisores y radios. Sólo se admiten utensilios de escritura y de pintura.La propuesta es sencilla : todos y cada uno han de escribir un relato o un cuento, o hacer un dibujo relacionado con todos ellos.
Los días van pasando plácidos.  La temperatura ha seguido descendiendo diariamente y casi no han salido afuera. 
Han puesto un enorme empeño en conocerse de verdad, desentrañando el interior de cada uno. Hasta los niños han sido capaces de dejarse seducir por este juego de descubrimientos. Lo han hecho a su aire, con los límites de su edad, pero con la armonía que parece les invade a todos.
El quinto día es el elegido para dar a conocer los resultados. Los relatos han sido variados en contenido y en forma, pero no ha habido sorpresas: el mensaje y su envoltorio dan a conocer al autor descaradamente.
Se han plasmado los reproches , las angustias, las oportunidades perdidas, los errores, los pensamientos furtivos , los actos que cambiaron vidas sin pretenderlo , las promesas incumplidas, los celos justificados y los absurdos, las exigencias sin fundamento, el dolor; pero también los agradecimientos, la admiración, la esperanza, las lealtades, la compasión y el perdón. Los dibujos infantiles resultan tan conmovedores y sinceros como las palabras de los adultos.
Leer y escuchar son actos repletos de valentía, dificultados por el llanto que aflora con demasiada frecuencia. 
Hoy llega el día de la despedida y, en cierta forma, del duelo. Les cuesta abandonar las habitaciones, pero tienen que regresar a las respectivas casas. Casi no pueden moverse, la intensidad de las emociones les pesa físicamente.
Finalmente, abren la puerta y, asombrados, comprueban que la nieve se derrite, que hay flores y plantas que van aflorando para contrariar al blanco níveo.
Encienden  presurosos el televisor, que enmudecieron al llegar. Los canales internacionales, tanto por audio como con grafías, informan de  un esperanzador giro climático, sin base científica alguna.
Ángela medita unos segundos con los interrogantes autorizados por lo vivido: ¿más gente, como nosotros,  se reunió para despejar dudas, eliminar conflictos y demostrar amor incondicional? ¿Tal vez, entre todos, hemos logrado una energía sanadora ? Tal vez.





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