martes, 26 de noviembre de 2019

DOS VIDAS. UN INSTANTE


                             Dos vidas. Un instante

El largo recorrido de la vida, los momentos, instantes de felicidad, "la vida es un mal cuarto de hora lleno de algunos segundos exquisitos" (Oscar Wilde).

Recuerdos de mis vivencias con veinticinco años. Una muchacha pelirroja que se dejaba arrastrar por las circunstancias. En aquel tiempo quería ser poeta, pero ser poeta no depende de las ansias de serlo, sino de las cualidades y de los contactos pero en aquella época, no se solían tener muchos contactos.


Recuerdo las tertulias con otros amigos, que se decían poetas, y de pronto sentada, triste, defraudada, observo una nube grisácea del color del polvo de estrellas. Me siento estafada por la vida, no supe evadirme, no supe ni en un solo segundo comportarme como una mujer. Claro eran tiempos difíciles... la transición, el choque de ideas, los padres, que con buena voluntad, intentaban en todo momentos guiarnos, cuando la mejor guiá siempre es uno mismo.
Pero aquí me hallo añorando los tiempos pasados y pensado en mi malgastada juventud. Malgastada y perdida en la noche de los tiempos, por una niña tonta que no supo que rumbo tomar. Mi alma, una masa de moléculas que estallan, un cúmulo de estrellas fugaces, una intersección de sentimientos, sensaciones. Ahora no soy une niña pelirroja, voy por la calle, llueve, y a mi lado, montones de transeúntes, se cubren la cabeza con insólitos pañuelos, los menos con paraguas. Me meto en un bar, un poco cutre. Fuera, la lluvia arrecia y los clientes, todos hombres, me miran curiosidad y se encienden un cigarro, yo también me lo enciendo, es mi vicio, mi único vicio. La puerta tintinea, el dueño a puesto unas campanillas que reverberan. Una chica joven de largo pelo pelirrojo lleva un bolso hipie, una monada, me tengo que comprar uno así. De su cuello cuelgan multitud de variopintos abalorios. Mirándola se percibe que no es una mujer que siga los dictados de la moda. Se sienta a mi lado en una silla, donde millones de microorganismos, bacterias, paramecios y amebas pululan regodeándose en la falta de higiene. Coge sus largos cabello pelirrojos, se hace un moño. Hebras cobrizas orlan su rostro y descuidadamente las sujeta con un lapiz sonríe ojos negros que inician una conversación muda
La miro sin comprender ¿qué demonios quiere decirme?. Bebe con parsimonia su café, yo hago lo propio con el mio, cierro los ojos y miles de puntos negros se ciernen sobre mi. Escuchó los ecos del pasado ¿ No te acuerdas de Daniel?

Daniel siempre será el gato que araña la luna, poeta, muy desgarrado. No tienes porque arrepentirte de nada, tu obraste como eres, con el corazón.
Con el corazón, qué sonido sarcástico, no fui una pazguata, una puritana, de falda larga, una mujer que no escucha sus sensaciones, sus anhelos, sus emociones, siempre me he preguntado que hubiera pasado si hubiera aceptado irme con el a un hotel.
Ella se levanta, huelo su perfume, es el mismo que utilizo yo. Me fascina esa chica, es bonita y sus ojos brillan, no como los míos, opacos y arrugados, la edad se nota. Ademas la vida no da las mismas oportunidades ni el mismo raciocinio
Se oye el tintineo de la puerta.... el sonido se pierde... como me pierdo yo

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